A los 14 años el Yoga pica por primera vez en mi puerta debido a un problema de salud. En ese momento se me presenta el Yoga como un recurso terapéutico y yo lo entiendo como «unos ejercicios que me hacen sentir bien, me relajan y me ponen contenta». Al cabo de un año, ya casi recuperada, mis prioridades son las típicas de una adolescente y el Yoga queda de lado y lo practico sólo de vez en cuando y por mi cuenta.
En 2013 termino la carrera de Ingeniería Industrial (ETSEIB, UPC) y comienzo a trabajar en una multinacional. Desde el primer día siento que ese no es mi lugar y paso por una temporada difícil llena de miedos, lucha y confusión. Entonces recuerdo que el Yoga ya me ayudó en una ocasión y decido apuntarme a clases y gradualmente retomo la práctica. Poco a poco voy ganando claridad y fortaleza para ver que en la situación que me encuentro no soy feliz y lo que quiero realmente es adentrarme en el Yoga.
En 2015, viajo por primera vez a India, en busca del profesor de Hatha Yoga, Surinder Singh, que tiene su escuela en Rishikesh, y quien se convertirá en figura clave en mi vida. En Rishikesh descubro el Yoga Iyengar y comienzo a ir a clases regulares de este método con la profesora Usha Devi. Paso más de un año en India, inmersa en la práctica y estudio del Yoga y la Meditación. Siento un fuerte vínculo con India, y sigo yendo siempre que puedo. Allí he conocido personas que son fuente de inspiración y ejemplo y están siempre en mi corazón.
Durante la primera estancia en India, profesores y compañeros me recomiendan al profesor Jordi Martí que tiene su centro en Barcelona, y nada más volver del viaje, en 2016, empiezo a practicar con él y desde entonces se convierte en mi profesor. Es también entonces cuando empiezo a dar algunas clases en mi pueblo, Premiá de Mar.
En 2017 entro en la Formación de profesores/as de Yoga Iyengar de Jordi Martí y en 2019 obtengo el certificado como profesora por el Ramamani Iyengar Memorial Yoga Institute (RIMYI) y la Asociación Española de Yoga Iyengar (AEYI).
Actualmente, llevo el centro Omkara Yoga en Premiá de Mar, donde imparto clases y desde donde pretendo acompañar a toda persona que quiera integrar el Yoga en su vida.